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10 de enero de 2017

LA DESCRIPCIÓN- Actividades didácticas


LA DESCRIPCIÓN- Actividades didácticas



1-¿Alguna vez estuvieron en un lugar parecido? Si lo hicieron, recuerden; si no, tra­ten de "entrar" en la imagen y expliquen: 

- qué ven (o vieron): 

- qué escuchan (o escucharon): 

- qué sienten (o sintieron) en la piel: 

¿Qué pasaría si respirasen profundamente en ese lugar? 

¿Cómo se sentirían si estuviesen solos allí? ¿Por qué? 

¿Cómo se sentirían si estuviesen acompañados por el grupo de clase en una ex­cursión? ¿Por qué? 


2-Leas el  siguiente texto: 

La creciente 

Quien lo ve ahora, seco, reseco, no lo puede creer. Sin em­bargo, muchas veces yo lo vi de orilla a orilla, colmado, des­bordando. Y el agua pasaba por encima del puente negro del ferrocarril. Y también del puente carretero, donde su paso asu­mía mayor gravedad porque todo el mundo pensaba que era un puente más débil y que la corriente se lo podría llevar. Cuando crecía, el Río Segundo era sencillamente imponente. Y daba gusto que fuera así. Y daba miedo. 

Después de cuatro o cinco días seguidos de lluvia, la gente comenzaba a hablar. Algunos miraban para el lado de las sie­rras y, aunque no vieran nada, ciaban una opinión. Casi todos hablaban a puro palpito, por lo que había sucedido otras ve­ces. Durante los temporales, en verdad, nadie se movía para ir al pueblo, y menos a buscar los diarios. Y así estábamos, hasta que de pronto, por el camino al cementerio, se escucha­ba un galope. Era don Gauna, que cruzaba rumbo a la toma del río a cerrar las compuertas. Él sabía tanto como cualquie­ra, claro está. Pero era el aguatero y el prestigio de su función obligaba a concederle mayor crédito. Y los presagios, enton­ces, se tornaban inminentes. 

Una mañana nos despertábamos con la noticia. Mamá era la primera en saberla y su información no podía ser más segura: el lechero, que vivía en "la otra banda", no había venido. Poco des­pués, mientras tomábamos el café negro, teníamos la confirma­ción. Los chicos de los Peralta pasaban de vuelta con los anima­les, impedidos de llegar a la isla adonde diariamente los llevaban a pastorear. La creciente habíase producido durante la noche. Pe­ro para que el río se pusiera lindo, había que esperar nuevos gol­pes de agua. Y en casa se esperaba siempre hasta la tardecita. [...] 

Los últimos rayos del sol, al filo por sobre las copas de los carolinos, caían oblicuamente en las aguas, rojizos, palpitantes. Los pastizales de la costa temblaban, húmedos, y su fragancia nos en­loquecía la piel. Y él, como si supiera que habíamos ido única­mente a verlo, que lo estábamos viendo, cruzaba altivo y oscuro, restallante y contenido, inmenso. 

De repente, tal un guerrero glorioso que relata, se ponía a mos­trarnos los trofeos de su empuje. Y ante el asombro de nuestra mi­rada, con el oleaje fatigante y sonoro, junto a la espuma sucia y desecha, empezaban a desfilar las ramas descuajadas, los troncos, algún alambrado, los animales muertos, las latas y los restos de al­gún rancho, una ropas, algún arado, y siempre más y más troncos, y ramas, y las osamentas peladas, y las flores, y el mundo. 

Volvíamos con las estrellas. Esa noche, la lámpara del comedor no se apagaba hasta muy tarde y la conversación de los mayores se alargaba en el recuerdo de algunas, de muchas, de todas las crecientes pasadas. [...] 

Jorge Vocos Lescano  de El tiempo más hermoso, Buenos Aires, Losada, 1978. 

a) Señalen los fragmentos puramente descriptivos del texto. Descubran imágenes que impresionen: 

la vista: 

el olfato: 

el tacto: 

el oído: . 

el ánimo: 

b)¿Qué elementos del paisaje están personificados? Transcriban un ejemplo. 

c) Escriban adjetivos, actitudes, comparaciones... que el autor atribuya al río y que resulten propias del lenguaje "humano". 

d) ¿Por qué les parece que al final de la enumeración de los objetos arrastrados por el río, habrá escrito el autor la frase "y el mundo"! 

e)Según el texto, ¿la creciente es excepcional o suele ser frecuente en este lugar serrano? 

f)Observen cómo se transforma la descripción cuando se cambia el tiempo verbal: 

Los pastizales de la costa temblaron, húmedos, y su fragancia nos enloqueció la piel. Y él, como si supiera que habíamos ido únicamente a verlo, que lo es­tábamos viendo, cruzó altivo y oscuro, restallante y contenido, inmenso. 

De repente, tal un guerrero glorioso que relata, se puso a mostrarnos los tro­feos de su empuje. Y ante el asombro de nuestra mirada, con el oleaje fatigan­te y sonoro, junto a la espuma sucia y desecha, empezaron a desfilar las ramas descuajadas, los troncos, algún alambrado... 



• ¿Les parece que se trata de la misma situación referida por el autor? ¿Por qué 

• ¿Qué tiempo verbal emplea Vocos Lescano para mostrar que la creciente del río Segundo es una acción que se ha repetido varias veces en el pasado? 


3- Comparen las siguientes descripciones:

El tayta Inti quería, seguro, la muerte de la tierra y miraba de frente, con to­das sus fuerzas. Su rabia hacía arder el mundo y hacía llorar a los hombres.

El blanqueo de la torre y de la iglesia reventaba en luz blanca. La plaza era un horno, y en su centro, el eucalipto grande del pueblo aguantaba el calor sin moverse, sin hacer bulla. No había ya ni aire; parado estaba todo, aplastado, amarillo.

El cielo se reía desde lo alto, azul como el ojo de las niñas, parecía gozoso mirando los falderíos terrosos, la cabeza pelada de las montañas, la arena de los riachuelos resecos. Su alegría chocaba con nuestros ojos, llegaba a nuestro aden­tro como risa de enemigo.

José María Arguedas de "Agua"; en Relatos completos

Apunte callejero

En la terraza de un café hay una familia gris. [...] El ruido de los automóviles destiñe las hojas de los árboles. En un quinto piso, alguien se crucifica al abrir una ventana.

Pienso en dónde guardaré los quioscos, los faroles, los transeúntes, que se me entran por las pupilas. Me siento tan lleno que tengo miedo de estallar... Nece­sitaría dejar algún lastre sobre la vereda...

Al llegar a una esquina, mi sombra se separa de mí, y de pronto, se arroja en­tre las ruedas de un tranvía.

Oliverio Girondo de 20 poemas para ser leídos en el tranvía. Calcomanías. Espantapájaros


a)¿Qué se describe en cada uno? 

b) Observen los adjetivos con que se califican los objetos descriptos. ¿A qué sen­tidos "hablan"?

c)Señalen palabras o expresiones que indiquen movimiento.

e) De ambas descripciones, ¿cuál transmite mayor cantidad de detalles sobre el objeto descripto? ¿Por qué?

f)En qué lugar de la escena está cada observador?

g)¿Cuál de los dos observadores forma parte de la escena que describe? ¿Por qué?

h)¿Cómo afecta la escena al primer observador?

i)Describan la impresión que le producen al segundo observador los objetos que ve al pasar, uno tras otro.



Fuente: Lengua 8; Ed. Kapelusz;Bs.As.,2008

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