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23 de diciembre de 2016

Cuento de Cenicienta versión de los Hermanos Grimm-Actividades y guía de lectura

Leer el cuento de Cenicienta, versión de los hermanos Grimm y realizar las actividades


Cuento de Cenicienta

Hermanos Grimm

Un hombre rico tenía a su mujer muy enferma, y cuando vio que se acercaba su fin, llamó a su hija única y le dijo:
-Querida hija, sé piadosa y buena, Dios te protegerá desde el cielo y yo no me apartaré de tu lado y te bendeciré.
Poco después cerró los ojos y espiró. La niña iba todos los días a llorar al sepulcro de su madre y continuó siendo siempre piadosa y buena. Llegó el invierno y el padre de la niña se casó de nuevo. La esposa trajo dos niñas que tenían un rostro muy hermoso, pero un corazón muy duro y cruel; entonces comenzaron muy malos tiempos para la pobre huérfana.
-No queremos que esté ese pedazo de ganso sentada a nuestro lado, que gane el pan que coma. ¡Váyase a la cocina con la criada!
Le quitaron sus vestidos buenos, le pusieron una basquiña remendada y vieja y le dieron unos zuecos.
-¡Qué sucia está la orgullosa princesa! -decían riéndose, y la mandaron ir a la cocina: tenía que trabajar allí desde  la mañana hasta la noche, levantarse temprano, traer agua, encender lumbre, coser y lavar; sus hermanas le hacían además todo el daño posible, se burlaban de ella y le vertían la comida en la lumbre, de manera que tenía que bajarse a recogerla. Por la noche, cuando estaba cansada de tanto trabajar, no podía acostarse, pues no tenía cama, y la pasaba recostada al lado del fuego, y como siempre estaba llena de polvo y ceniza:  la llamaban la Cenicienta.
Sucedió que su padre fue en una ocasión a una feria y preguntó a sus hijastras lo que querían que les trajese.
-Un bonito vestido -dijo la una.
-Una buena sortija, -añadió la segunda.
-Y tú, Cenicienta, ¿qué quieres? -le dijo.
-Padre, tráeme la primera rama que encuentres en el camino.
Compró a sus dos hijastras hermosos vestidos y sortijas adornadas de perlas y piedras preciosas, y a su regreso, al pasar por un bosque cubierto de verdor, tropezó con su sombrero en una rama de zarza, y la cortó. Cuando volvió a su casa dio a sus hijastras lo que le habían pedido y la rama a la Cenicienta, la cual se lo agradeció; corrió al sepulcro de su madre, plantó la rama en él y lloró tanto que, regada por sus lágrimas, no tardó la rama en crecer y convertirse en un hermoso árbol. La Cenicienta iba tres veces todos los días a ver el árbol, lloraba y oraba y siempre iba a descansar en él un pajarillo, y cuando sentía algún deseo, en el acto le concedía el pajarillo lo que deseaba.
Celebró por entonces el rey unas grandes fiestas, que debían durar tres días, e invitó a ellas a todas las jóvenes del país para que su hijo eligiera la que más le agradase por esposa. Cuando supieron las dos hermanastras que debían asistir a aquellas fiestas, llamaron a la Cenicienta y la dijeron.
-Péinanos, límpianos los zapatos y ponles bien las hebillas, pues vamos a una boda al palacio del Rey.
La Cenicienta las escuchó llorando, pues las hubiera acompañado con mucho gusto al baile, y suplicó a su madrastra que se lo permitiese.
-Cenicienta -le dijo-: estás llena de polvo y ceniza y ¿quieres ir a una boda? ¿No tienes vestidos ni zapatos y quieres bailar?
Pero como insistiese en sus súplicas, le dijo por último:
-Se ha caído un plato de lentejas en la ceniza, si las recoges antes de dos horas, vendrás con nosotras
La joven salió al jardín por la puerta trasera y dijo:
-Tiernas palomas, amables tórtolas, pájaros del cielo, vengan todos y ayúdenme a recoger, las buenas en el puchero, las malas en el caldero.
Entraron por la ventana de la cocina dos palomas blancas, y después dos tórtolas y por último comenzaron a revolotear alrededor del hogar todos los pájaros del cielo, que acabaron por bajarse a la ceniza, y pusieron todos los granos buenos en el plato. Aun no había trascurrido una hora, y ya estaba todo concluido y se marcharon volando. Llevó entonces la niña llena de alegría el plato a su madrastra, creyendo que le permitiría ir a la boda, pero ésta le dijo:
-No, Cenicienta, no tienes vestido y no sabes bailar, se reirían de nosotras.
Mas viendo que lloraba, añadió:
-Si puedes recoger de entre la ceniza dos platos llenos de lentejas en una hora, irás con nosotras.
Creyendo en su interior que no podría hacerlo, vertió los dos platos de lentejas en la ceniza y se marchó, pero la joven salió entonces al jardín por la puerta trasera y volvió a decir:
-Tiernas palomas, amables tórtolas, pájaros del cielo, vengan todos y ayúdenme a recoger, las buenas en el puchero, las malas en el caldero.
Entraron por la ventana de la cocina dos palomas blancas, después dos tórtolas, y por último comenzaron a revolotear alrededor del hogar todos los pájaros del cielo que acabaron por bajarse a la ceniza y pusieron todas las lentejas buenas en el plato, y aun no había trascurrido media hora, cuando ya estaba todo concluido y se marcharon volando. Llevó la niña llena de alegría el plato a su madrastra, creyendo que le permitiría ir a la boda, pero ésta le dijo:
-Todo es inútil, no puedes venir, porque no tienes vestido y no sabes bailar; se reirían de nosotras.
Le volvió entonces la espalda y se marchó con sus orgullosas hijas.
En cuanto quedó sola en casa, fue la Cenicienta al sepulcro de su madre, debajo del árbol, y comenzó a decir: - Arbolito pequeño, dame un vestido; que sea, de oro y plata, muy bien tejido.
El pájaro le dio entonces un vestido de oro y plata y unos zapatos bordados de plata y seda; en seguida se puso el vestido y se marchó a la boda; sus hermanas y madrastra no la conocieron, creyendo que sería alguna princesa extranjera, pues les pareció muy hermosa con su vestido de oro, y ni aun se acordaban de la Cenicienta, creyendo que estaría mondando lentejas sentada en el hogar. Salió a su encuentro el hijo del Rey, la tomó de la mano y bailó con ella, no permitiéndole bailar con nadie, pues no la soltó de la mano, y si se acercaba algún otro a invitarla, le decía: -Es mi pareja.
Bailó hasta el amanecer y entonces decidió marcharse; el príncipe le dijo:
-Iré contigo y te acompañaré -pues deseaba saber quién era aquella joven, pero ella se despidió y saltó al palomar.
Cenicienta había entrado y salido muy ligera en el palomar y corrido hacia el sepulcro de su madre, donde se quitó los hermosos vestidos que se llevó el pájaro y después se fue a sentar con su basquiña gris a la cocina.
Al día siguiente, cuando llegó la hora en que iba a principiar la fiesta y se marcharon sus padres y hermanas, corrió la Cenicienta junto al arbolito y dijo:
-Arbolito pequeño, dame un vestido; que sea, de oro y plata, muy bien tejido.
Entonces el pájaro le dio un vestido mucho más hermoso que el del día anterior y cuando se presentó en la boda con aquel traje, dejó a todos admirados de su extraordinaria belleza; el príncipe que la estaba aguardando le tomó la mano y bailó toda la noche con ella; cuando iba algún otro a invitarla, decía:
-Es mi pareja.
Al amanecer manifestó deseos de marcharse, pero el hijo del Rey la siguió para ver la casa en que entraba, más de pronto se metió en el jardín de detrás de la casa. Había en él un hermoso árbol muy grande, del cuál colgaban hermosas peras; la Cenicienta trepó hasta sus ramas y el príncipe no pudo saber por dónde había ido, pero aguardó hasta que vino su padre y le dijo:
-La doncella extranjera se me ha escapado; me parece que ha saltado el peral.
Cenicienta había saltado por el otro lado el árbol y fue corriendo al sepulcro de su madre, donde dejó al pájaro sus hermosos vestidos y tomó su basquiña gris.
Al día siguiente, cuando se marcharon sus padres y hermanas, fue también la Cenicienta al sepulcro de su madre y dijo al arbolito: -Arbolito pequeño, dame un vestido; que sea de oro y plata, muy bien tejido. Entonces el pájaro le dio un vestido que era mucho más hermoso y magnífico que ninguno de los anteriores, y los zapatos eran todos de oro, y cuando se presentó en la boda con aquel vestido, nadie tenía palabras para expresar su asombro. El príncipe bailó toda la noche con ella y cuando se acercaba alguno a invitarla, le decía: -Es mi pareja.
Al amanecer se empeñó en marcharse la Cenicienta, y el príncipe en acompañarla, mas se escapó con tal ligereza que no pudo seguirla, pero el hijo del Rey había mandado untar toda la escalera de pega y se quedó pegado en ella el zapato izquierdo de la joven; lo levantó el príncipe y vio que era muy pequeño, bonito y todo de oro. Al día siguiente fue a ver al padre de la Cenicienta y le dijo:
-He decidido que sea mi esposa a la que venga bien este zapato de oro.
Se alegraron mucho las dos hermanas porque tenían los pies muy bonitos; la mayor entró con el zapato en su cuarto para probárselo, su madre estaba a su lado, pero no se lo podía meter, porque sus dedos eran demasiado largos y el zapato muy pequeño. Al verlo le dijo su madre, alargándole un cuchillo:
-Córtate los dedos, pues cuando seas reina no irás nunca a pie.
La joven se cortó los dedos; metió el zapato en el pie, ocultó su dolor y salió a reunirse con el hijo del rey, que la subió a su caballo como si fuera su novia, y se marchó con ella, pero tenía que pasar por el lado del sepulcro de la primera mujer de su padrastro, en cuyo árbol había tres palomas, que comenzaron a decir:
-No sigas más adelante, detente a ver un instante, que el zapato es muy pequeño y esa novia no es su dueño.
Se detuvo, le miró los pies y vio correr la sangre; volvió su caballo, condujo a su casa a la novia fingida y dijo que no era la que había pedido, que se probase el zapato la otra hermana. Entró ésta en su cuarto y se le metió bien por delante, pero el talón era demasiado grueso; entonces su madre le alargó un cuchillo y le dijo:
-Córtate un pedazo del talón, pues cuando seas reina, no irás nunca a pie.
La joven se cortó un pedazo de talón, metió un pie en el zapato, y ocultando el dolor, salió a ver al hijo del rey, que la subió en su caballo como si fuera su novia y se marchó con ella; cuando pasaron delante del árbol había dos palomas que comenzaron a decir:
-No sigas más adelante, detente a ver un instante, que el zapato es muy pequeño y esa novia no es su dueño.
Se detuvo, le miró los pies, y vio correr la sangre, volvió su caballo y condujo a su casa a la novia fingida:
-Tampoco es esta la que busco -dijo-. ¿Tienen otra hija?
-No -contestó el marido- de mi primera mujer tuve una pobre chica, a la que llamamos la Cenicienta, porque está siempre en la cocina, pero esa no puede ser la novia que buscas.
El hijo del rey insistió en verla, pero la madre le replicó:
-No, no, está demasiado sucia para atreverme a enseñarla.
Se empeñó sin embargo en que saliera y hubo que llamar a la Cenicienta. Se lavó primero la cara y las manos, y salió después a presencia del príncipe que le alargó el zapato de oro; se sentó en su banco, sacó de su pie el pesado zueco y se puso el zapato que le venía perfectamente, y cuando se levantó y le vio el príncipe la cara, reconoció a la hermosa doncella que había bailado con él, y dijo:
-Esta es mi verdadera novia.
La madrastra y las dos hermanas se pusieron pálidas de ira, pero él subió a la Cenicienta en su caballo y se marchó con ella, y cuando pasaban por delante del árbol, dijeron las dos palomas blancas.
Sigue, príncipe, sigue adelante sin parar un solo instante, pues ya encontraste el dueño del zapatito pequeño.
Después de decir esto, echaron a volar y se pusieron en los hombros de la Cenicienta, una en el derecho y otra en el izquierdo.
Cuando se verificó la boda, fueron las falsas hermanas a acompañarla y tomar parte en su felicidad, y al dirigirse los novios a la iglesia, iba la mayor a la derecha y la menor a la izquierda, y las palomas que llevaba la Cenicienta en sus hombros picaron a la mayor en el ojo derecho y a la menor en el izquierdo, de modo que picaron a cada una un ojo; a su regreso se puso la mayor a la izquierda y la menor a la derecha, y las palomas picaron a cada una en el otro ojo, quedando ciegas toda su vida por su falsedad y envidia. FIN


TEORÍA Y PRÁCTICA: “LA CENICIENTA”  de LOS HERMANOS GRIMM
         Vladimir Propp, un formalista ruso, se ha dedicado a investigar las coincidencias de los cuentos a través de la conformación del cuento maravilloso. En su «Morfología del cuento» (1928), Propp fundamenta el análisis histórico de los cuentos relacionando materiales de África, América, del mundo clásico europeo, del Antiguo Oriente y de la cuentística popular rusa, y llega a la conclusión de que los cuentos son reflejo, históricamente localizable, de concepciones místicas anteriores. En su investigación, Propp formula 31 funciones que equivalen a las acciones que podemos encontrar en las narraciones de transmisión oral, tanto las que derivan de una tradición popular, como las que vienen de una tradición culta. Estas son algunas de las  funciones de Propp:
I. Alejamiento: uno de los miembros de la familia se aleja de la casa.
II. Prohibición: sobre el protagonista recae una prohibición.
III. Transgresión: se transgrede la prohibición y el  héroe decide actuar.
VIII. Fechoría: el agresor daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios.
IX. La Carencia: algo le falta a uno de los miembros de la familia o uno de los miembros de la familia tiene ganas de poseer algo.
XII. El donante: el héroe sufre una prueba, un ataque, etc., que le preparan para la recepción de un objeto o de un auxiliar mágico.
 XIV. Recepción del objeto mágico: el objeto mágico pasa a disposición del héroe.
 XVIII. Victoria: el agresor es vencido.
XIX. Reparación: la fechoría inicial es reparada o la carencia colmada.
XX. La vuelta: el héroe regresa.
 XXII. Socorro: el héroe es auxiliado.
XXIII. Llegada de incógnito: el héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca.
 XXV. Tarea difícil: se propone al héroe una tarea difícil.
XXVI. Tarea cumplida: la tarea es realizada.
XXVII. Reconocimiento: el héroe es reconocido.
XXVIII. Descubrimiento: el falso héroe o el agresor, el malvado, queda desenmascarado.
XXIX. Transfiguración: el héroe recibe una nueva apariencia.
XXX. Castigo: el falso héroe o el agresor es castigado.
XXXI. Matrimonio: el héroe se casa y asciende al trono.
       Estas  funciones (acciones) no siempre están en todos los cuentos. Reconocerlas en el relato elegido, en este caso La Cenicienta, permite percibir de qué manera los relatos poseen una estructura canónica y de qué manera ésta es transgredida muchas veces para producir percepciones nuevas y desautomatizar, así, la lectura.


PRIMER EJERCICIO DE ANÁLISIS CENTRADO EN LAS FUNCIONES:
. El ejercicio consiste en releer el cuento y descubrir qué funciones aparecen en él. Ejemplo:
1-   Alejamiento: la madre de Cenicienta: fallece, se “aleja”.
2-   Prohibición: se le prohíbe asistir a la fiesta.

ELEMENTOS SIMBÓLICOS
El análisis de algunos elementos simbólicos en el relato nos permitirá dar una nueva interpretación al cuento, elevándolo de lo simple a lo universal. Recordar que un símbolo es un signo mediante el cual asociamos una realidad a otra cosa. Los siguientes son algunos de los signos que aparecen en el cuento y su posible interpretación:
Ojos : Los ojos son el órgano de la luz y de la conciencia. En nuestra civilización, hija de la cultura griega, se le atribuye a la vista el primer lugar del conocimiento.
 El no lograr ver, el estar ciegos o con la vista tapada, indica,  de alguna manera, la pérdida de entendimiento de las reglas del mundo que nos rodea, nos comunica que en la vida existen dificultades en escoger el modo correcto para reaccionar, por la imposibilidad de entender y "ver" el camino correcto.
Padre: El padre se asocia al principio masculino y a lo consciente, siendo su potestad el dominio.  Representa el mundo de los mandamientos y prohibiciones, es quien frena u obstaculiza la libertad y la subversión de los instintos.  Es la autoridad final, pues la idea de padre está vinculada a la autoridad, la ley y el orden. También se asocia con la procreación, el dominio, la autoridad civil y moral, la razón, la  ley.  El padre positivo es el sabio protector, y juez. El padre negativo es el indiferente o ausente o bien  es el tirano quien desalienta la  independencia y mantiene la sumisión.
 La ropa: Nuestra ropa refleja cómo queremos que nos vean los demás. Y puede hacer que
parezcamos algo distinto a lo que somos. Vestirse supone un modo de expresarse. La ropa  tiene un
papel simbólico importante referido a nuestra persona, en el sentido clásico del término, es la máscara
o la cara que presentamos ante el mundo. Según Jung, los problemas afloran cuando no tenemos una
 persona o máscara preparada para una situación determinada, o si permitimos que una determinada
 máscara ocupe todas las facetas de nuestra vida.
Zapatos Los zapatos,  como cualquier tipo de vestimenta,  representan además de nuestro modo de presentarnos a los demás, una protección hacia el mundo o de los agentes externos. En sentido freudiano, el pie es símbolo fálico y por contraste, el zapato que lo contiene es el símbolo vaginal. En todas las tradiciones y pueblos de la antigüedad el calzado era un símbolo de libertad, a la vez que constituía una demostración de autoridad, de dominio y una garantía de propiedad. Era por eso que los esclavos eran obligados a ir descalzos, y también de ahí procede la clásica pose del cazador posando su pie sobre la pieza abatida.
La sangre: es símbolo de la fuerza vital que tenemos dentro,   da la  vida, de las emociones, del alma. La imagen de la sangre simboliza, entre otras cosas, una situación interior difícil, un sufrimiento intenso pero aún desconocido por la conciencia.

SEGUNDO EJERCICIO DE ANÁLISIS CENTRADO EN LA SIMBOLOGÍA:
       El segundo análisis del cuento estará centrado en los aspectos simbólicos. Para ello releer el material teórico El cuento maravilloso: su origen,  teoría, características. De allí podrán extraer elementos para los análisis, sumados a los que se han expuesto más arriba.

 Ejemplo de análisis teórico-simbólico: En el cuento La Cenicienta de los hermanos Grimm, podemos encontrar los siguientes elementos simbólicos y su posible interpretación:
 El padre: El padre de Cenicienta es un padre ausente e indiferente. Esto permite que  se transgreda la “ley”: Cenicienta es humillada y maltratada.
Repeticiones triples: El cuento presenta varias veces el número tres, que es un número mágico: tres noches dura el baile, tres veces  por día va Cenicienta a la tumba de su madre y tres veces va a pedir ropa para la fiesta.
A partir de aquí, siguen ustedes. Recordar que en el cuento se presentan otros elementos simbólicos que habrá que descubrir, apoyados con el material que se expone  en El cuento maravilloso: su origen, teoría,características (poderes maléficos y benéficos, animales humanizados, la madrastra, etc.).



































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