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20 de diciembre de 2015

El mester de clerecía

El mester de clerecía
 

En el siglo XIII un nuevo mester poético entra en competencia con el de ju­glaría: el mester de clerecía. Así como aquél fue oficio de juglares, éste fue obra de clérigos, es decir, de hombres doctos o letrados, capaces de leer latín. La palabra "clerecía" se usa­ba entonces como sinónimo de "saber".
El nuevo mester nace de la necesidad que sienten los clérigos de divulgar en lengua romance los conocimientos que atesoraban los manuscritos de las bi­bliotecas, casi siempre monásticas, que frecuentaban.
Tres obras fundamentales —el Libro de Alexandre, el Libro de Apolonio y el Poema de Fernán Gonzálezy la producción de un autor de nombre conocido —Gonzalo de Berceo— ilustran, en el siglo XIII, la actividad del mester de cle­recía. En el siglo XIV, aunque con características muy particulares, su máximo representante es el Arcipreste de Hita con el Libro de buen amor.

Diferencias con el mester de juglaría

La nueva "maestría" —así la llama uno de sus cultores— se diferencia del mester de juglaría por:
  La versificación. El verso se sujeta a un metro regular, el alejandrino o verso de catorce sílabas, dividido en dos hemistiquios de siete sílabas, dispuesto en estrofas de cuatro versos monorrimos, que reciben el nombre de cuaderna vía. La rima es consonante. El autor del Libro de Alexandre, uno de sus primeros cultores, señala que la cuaderna vía supone notable perfección y esfuerzo, si se la compara con la versificación irregular de los juglares. 
  La temática. Los temas son variados y eruditos: religiosos, novelescos, his­tóricos. Estos últimos no se limitan a la historia de España, sino que desarro­llan asuntos vinculados con la historia antigua y con la eclesiástica. Así, por ejemplo, el Libro de Alexandre narra las hazañas de Alejandro Mag­no: el Libro de Apolonio, las aventuras novelescas del legendario rey de Tiro y de su hija Tarsiana: el Poema de Fernán González desarrolla el asunto de la autonomía de Castilla y la obra de Berceo ilustra ampliamente la temática religiosa.
  Las fuentes. Los poetas del nuevo mester se inspiran en fuentes escritas en latín y fundan en ello su superioridad sobre los juglares: el saber que trans­miten, respaldado por la autoridad del texto consultado, es riguroso y verda­dero.
  El carácter de poesía escrita e individual. La poesía del mester de clerecía es poesía escrita, así lo exige la dura faena de contar las sílabas y la necesidad de asegurar la fiel transmisión del texto. Es, por tanto, también poesía indi­vidual, de un autor en particular, y no poesía colectiva, impersonal y tradicio­nal, como ocurre con la de juglaría. Pese a esto, se conserva en el siglo XIII sólo el nombre de un autor, el de Gonzalo de Berceo.

Semejanzas con el mester de juglaría

Si bien las diferencias señaladas son importantes, el mester de clerecía mani­fiesta numerosos puntos en común con el de juglaría, que nos muestran que no nace en oposición a éste, sino muy ligado a él. Ambos coinciden en:

• El lenguaje. Utilizan la lengua vulgar o romance. 
  El público. Se dirigen a un mismo público, que no es otro que el pueblo en un sentido amplio, tal como se desprende de los dos fragmentos arriba trans­criptos.
  La forma de divulgación. El carácter de poesía escrita no excluye la propagación de los textos por medio de la lectura o recitación ante un público, única forma de divulgación masiva entonces. De ello se deriva la actitud juglaresca adoptada por los clérigos en sus obras y el empleo de recursos dirigidos a llamar la atención de los oyentes.
  El objetivo. Uno y otro mester aspiran a proporcionar "solaz" o entretenimien­to a su público, sin descuidar el aspecto didáctico.
  El género. Los dos mesteres cultivan el género narrativo.
Sintetizando:

Fuente: España en sus letras; Ed.Estrada;Bs.As.,1985





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